domingo, 24 de julio de 2011

DÍA 4: 21/07/2011




Es un día importante. Nos unimos a los compañeros de la marcha sur en Aranjuez. Lo que parecía una etapa dura lo fue menos gracias a la ayuda de los vecinos de Añover de Tajo, que nos recomendaron cruzar el río Tajo con una barca manual que movimos entre todos. Además de recortar 10 km, fue un momento para grabar en nuestras mentes.




Pero no fue la única sorpresa del día. Después de cruzar el Tajo y continuar con el camino nos encontramos con tres compañeros de Aranjuez y un gaditano llamado Dani. Al estilo andaluz, nos animó los últimos 10 km de etapa. Muchas gracias por venir a buscarnos y por la cálida acogida de Aranjuez.



Cada vez quedaba menos para que Toledo se uniese a las grandes marchas estatales. Los compañer@s de Aranjuez supieron organizar comida, lugar de descanso, asamblea y polideportivo para 200 personas. El trabajo realizado no tiene precio.





La llegada de los andaluces y de los castellano-manchegos que se habían unido a ellos durante toda la marcha fue el gran momento del día. Fundidos en un abrazo colectivo en el centro de la plaza del Ayuntamiento, tod@s nos dimos cuenta que junt@s podemos “cambiar el mundo” como decían los compañeros de Cádiz.



Esta vez la convivencia era más complicada, 200 personas durmiendo en un pabellón, compartiendo baño, organizando la comida, los coches, etc.



A pesar de la dificultad, somos gente muy diversa y con estrés y cansancio acumulado; el mensaje final debe quedar claro: Amor y revolución.



El cansancio comienza a ser grande. Los pies duelen, dormimos poco. Aprovechamos las horas de siesta para hacer la costumbre típica española. Siempre que se puede, nos vamos al césped. Del “toma la calle” típico se ha pasado al “toma el césped”.



Por la noche, nueva asamblea en la plaza de Aranjuez, donde la marcha procedente de Valencia estuvo dos días antes. Mucha afluencia a una asamblea que estuvo marcada por la comicidad y en la que se integraron números de teatro. Se concluyó con música antes de ir a dormir.

Para dormir, aunque teníamos pabellón, decidimos salirnos al patio del colegio y dormir en la arena de recreo de los niños. Era como dormir en la playa solo que en Aranjuez. Al día siguiente partimos hacia San Martín de la Vega en la penúltima etapa de la ruta.


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